Buscando sentido a un mundo sin sentido: “La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia.”
Dedicado a mi querida sobrina Jazmin Diez Laich, cuya bonita y singular foto ilustra este artículo.
“Go” en Inglés, es un término que implica energía, dinamismo, y acción. Los semaforos en rojo nos presentan la palabra "STOP" para que paremos, mientras los que estan en verde nos presentan la palabra "GO" para que prosigamos." El termino, en realidad significa moverse, seguir, proseguir, adelante, o marchar, dentro de sus multiple y variados significados semanticos. Cuando sumamos otro "go" al primer "go" tenemos el termino "a go-go" que significa: "de un modo alegre y espontaneo en referencia a la musica, el baile, y las modas."
Pero aun existe otra interesante aplicacion del término, el de las bailarinas a go-go. Estas suelen realizar movimientos enérgicos, rápidos, sinuosos, y en staccato, dentro de jaulas colgantes o bien sobre una barra. Las primeras de ellas, bailaban encerradas en unas jaulas colgantes con barras de mimbre que las rodeaba en una conocida sala de baile de Los Angeles, California conocida como el "Whiski a Go-Go." Ahi comenzo todo, y ahí estuve disfrutando de la musica y las bailarinas a go-go con mis amigos y amigas en multiples ocasiones.
Pues bien, en ciertos individuos, esta misma tendencia a la acción - o "go" - hace su presencia antes de haber determinado un sentido y/o una dirección. A diferencia de establecer un objetivo y luego iniciar la acción, la expresión “a go-go,” en el idioma Inglés, implica una indefinida puesta en acción en ausencia de un objetivo predeterminado. Consiste en una acción dinámica donde, en función del movimiento, se supone que una dirección y un sentido aparecerán. En la filosofía de vida “a go-go” el término “go” determina la dirección y el sentido, mientras que el término “acción” representa una finalidad en sí en ausencia de dirección o sentido.
Una rueda giratoria de fuegos artificiales es un ejemplo de pura energía. No obstante la rueda carece de dirección y/o sentido, y por lo tanto malgasta la energia y se mueve “a go-go.” Generar energía como un fin en sí, se puede convertir en una especie de droga adictiva que crea su propio estado de embriaguez y dependencia. En términos psiquiátricos tal condición se conoce como manía pudiendo conducir a la persona hacia la psicosis y la locura, entre otras cosas. Pero en la vida diaria, tal actividad desenfrenada, a menudo corresponde a una especie de oportunismo cronico y sin sentido que busca una futura autorrealización personal a traves del movimiento y la accion.
Si nos remontamos al pasado, podremos apreciar que nuestros ancestros humanos lejanos vivieron y sobrevivieron en condiciones ambientales y sociales muy distintas a las actuales. Si bien nuestro medio ha cambiado rápidamente en los ultimos años, nuestra biología definitivamente no ha recorrido un camino paralelo. En la actualidad el ser humano posee la estructura física y las mismas respuestas biológicas y emocionales que lo caracterizaban hace miles de años. Tales respuestas son requeridas por un ambiente actual, cuyas exigencias son muy distintas a las que existían hace miles de años. Por eso no siempre cumplen una función protectora y/o adaptativa.
Consideremos un trozo de terreno de aproximadamente treinta kilómetros de largo por treinta de ancho, en estado natural y salvaje, y habitado por algunos animales. Visualicemos un pequeño grupo de sesenta seres humanos acampados en el centro, todos ellos disfrutando de una relativa sensación de tranquilidad y bienestar. Si logran aumentar su número, algunos se marcharan y colonizaran nuevos territorios. De esta manera la especie se irá diseminando. Ahora pensemos en un espacio idéntico pero densamente civilizado, con calles de asfalto, colmado de altos edificios, negocios, viviendas, y máquinas - con todas las complejidades y peligros de una enorme ciudad - y con ocho millones y medio de apretujados habitantes.
Como muchos habran podido apreciar, me estoy refiriendo a la condición actual de la Isla de Manhattan en New York. En términos y tiempos evolutivos, y para que la primera escena se transforme en la segunda, el cambio producido en el medio ambiente sucedió en un parpadeo de ojos, y por lo tanto los diversos mecanismos de adaptacion humana se vieron en serios apuros.
El ser humano ha sido capaz de adaptarse culturalmente a esta nueva condición civilizada, pero no ha tenido suficiente tiempo para adaptarse biológica ni psicologicamente, ni de evolucionar hacia una nueva especie genéticamente civilizada. En la segunda escena, el ser humano sigue siendo un simple miembro de la tribu de la primera escena, sin haber experimentado modificación biologica ni emocional alguna. En tales condiciones de superpoblación el estrés puede adquirir propiedades monstruosas asi como contagiosas. El tener que desenvolverse y luchar por la supervivencia en un ambiente estresado y tenso, tambien puede resultar altamente estresante para uno mismo.
Por ello las sociedades de los países desarrollados son sociedades estresadas donde todo se mueve de una manera rápida y apurada y a menudo sin una dirección o un sentido determinado. O sea que se mueven de una manera tipicamente a go-go. El alto grado de competitividad, hostilidad, seducción del éxito, temor al fracaso, y las repercusiones económicas, condicionan que el resultado final sea un profundo sentimiento de soledad existencial, de vacío y aislamiento personal, de constante exigencia y movimiento, de un estrés crónico, y a veces incluso de desesperacion.
Desgraciadamente, este tipo altamente toxico y nocivo de medio ambiente deja huellas de por vida, y convierten al ser humano moderno en una persona, impersonal, apurada, colgada del telefono movil, y en constante movimiento. Todo en un mundo característicamente plano y chato, a go-go y carente de dirección y sentido, y donde paradojicamente todo da la falsa apariencia de ser lento, pomposo y por recomendación.
Las presiones y exigencias sociales causan serios daños en el autorespeto y la autoestima de este tipo de personas. Su sensación de aislamiento personal les crea una poderosa necesidad de obtener comprensión y cariño. Crónicamente estresados e inherentemente solos, necesitan y dependen del cariño como un drogadicto depende de su droga, y por lo tanto son fáciles de manipular por habiles chantajistas y extorsionistas emocionales que esgrimen el sentimiento de culpa con la maestria del mismisimo Dartagñan.
Mediante la busqueda y la obtención de proximidad y cariño a cualquier precio, se sienten engañosamente menos aislados, menos amenazados por la hostilidad de los demás, menos estresados, y menos inciertos sobre sí mismos. Todo esto constituye un serio autoengaño a modo de un caleidoscopio, donde los brillantes colorines son solo eso, luces destellantes sin sentido que no nos dicen ni aportan absolutamente nada positivo a nuestras vidas.
Como se podran imaginar, y como veo en mi consulta medica de salud mental casi todos los dias, el resultado es muy triste, ya que el cariño y el amor que desesperadamente buscan, termina por ser gravemente distorsionado y sobrevalorado. En consecuencia lo que llaman amor se convierte en una ilusión de la realidad mediante la satisfacción de instintos y deseos que nada les atañen. Cada vez con más insistencia, acaban buscando cariño y amor en sitios donde jamás lo van a encontrar. Es mas, en ocasiones lo buscaran tanto o más obsesiva y desesperadamente que su propio éxito profesional y económico. Así es la naturaleza humana y así es el mundo que hemos creado.
Una sociedad compuesta mayoritariamente por tal tipo de gente se estructura en torno a una filosofía existencial personal caracteristicamente endeble, disfuncional, y altamente cuestionable, donde: “todo para mi, nada para ti, todo vale, todo es posible, todo es relativo, todo depende, y a mí que me importa;” y tambien donde: “la vida es de cada uno y cada uno puede hacer lo que le plazca y cuando le plazca, siempre y cuando no me perjudique a mí.” Son personas egocentricas, fragiles, irrespetuosas, hiperactivas, confundidas, falsas, mentirosas, mediocres, perdidas, y a go-go, que huyen despavoridamente del terror a tener que enfrentarse cara a cara, y de manera desnuda y directa, con la sensación de inutilidad y vacío existencial que radica en su interior. Se sorprenderian si supiesen con que rapidez cae la oscuridad de la noche sobre las almas de muchos de ellos, y cuantos por cobardia sencillamente, no desean continuar.
En el fondo, tal sociedad envía un mensaje supra y subliminal indefinido donde no existen ideas claras y bien definidas sobre lo que está bien y lo que está mal, lo que es una dirección y lo que constituye un sentido, lo que constituye la moralidad y lo que no la constituye, y lo mismo para la etica personal. Un mensaje desalmado y con esquinas muy oscuras que invita a escapar y/o a esconderse en un mundo simbólico, y característicamente falso y mentiroso, como puede ser el del mismo Internet. Entren en cualquier chat de Internet y comprenderan por qué lo digo.
Este tipo de gente presenta sendas y profundas grietas en sus propios mecanismos de adaptacion y defensa. En ocasiones, todos utilizamos algún que otro mecanismo de defensa organizado y maduro para sortear las tensiones de la vida diaria. Pero el grado de estrés, ansiedad y desorden que experimentan estas personas es de tales proporciones que les impide activar esas estrategias adecuadamente, convirtiéndolas en desorganizadas, inmaduras, e incluso psicoticas. En consecuencia, tales defensas obstaculizan el desarrollo normal de su vida.
El continuo escape de sí mismos condiciona que siempre tiendan a estar en movimiento al mejor estilo a go-go. Cuanto más desconocen los valores, la dirección, el sentido, y el objetivo de sus propias vidas, más rápido, vertiginoso, y sin sentido será el ritmo que le imprimirán. Siendo incapaces de determinar dónde radica el objetivo y el sentido de sus vidas recurren a la energía inherente al movimiento, como una rueda giratoria de fuegos artificiales, para que les dicte una supuesta y aleatoria respuesta. El ritmo rápido que caracteriza su estilo de vida corresponde a una especie de formulario de automedicación – totalmente ineficaz, por cierto – para intentar evitar verse a si mismos tal cual son en relidad. Los cines, los teatros, e Internet les ayuda a realizar un temporal escape de si mismos. Pero el dolor de la realidad se les presenta y les vuelve inexorablemente una y otra vez.
Esta actitud, basada en el escape de uno mismo, corresponde a un alejamiento o refugio para evitar plantearse serias y profundas cuestiones e incógnitas personales que les resultan altamente angustiosas, tales como la propia identidad, el valor personal, la dirección existencial, el significado vivencial, y el sentido intimo y autentico de sus propias vidas. En consecuencia viven despistados y aturdidos, fingiendo la normalidad, y en una ansiosa y obsesiva búsqueda de satisfacciones y objetivos a corto plazo – la mayoría materiales – entre las cuales paradójicamente viven solos, aislados, tristes, y emocionalmente anestesiados.
Además, los valores humanos ausentes y/o altamente distorsionados de nuestra actual sociedad no les sirven de gran ayuda. Actualmente no existen criterios válidos que valoren las virtudes de una vida sana, tranquila, honesta, sosegada – sino todo lo contrario – tienden a valorar una vida apurada, deshonesta, y estresada que caracteriza al "listillo" pero no al inteligente. En consecuencia es muy probable que en la evolución global del hombre, es posible que el mismo proceso evolutivo pueda haber sufrido algunos serios fracasos en su desigual y tortuoso camino.
Por lo general, los seres humanos no se consideran parte del reino animal. Simplemente no lo aceptan. Quizá porque fueron capaces de desarrollar una mente racional que les permitió ser conscientes de ellos mismo. Pero a pesar de estos adelantos, las funciones biológicas e inconscientes básicas que los mantienen vivos distan mucho de la capacidad para ser conscientes de su propia existencia.
A pesar de sus adelantos, los seres humanos deberían intentar reflexionar más pausada y tranquilamente, y asumir con madurez, que la mayoría de sus funciones biológicas se encuentran bajo el control inconsciente de un sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático. Un sistema que comparte con la gran mayoría de los animales. En esencia, la actual mente humana es el resultado natural de una larga adaptacion y evolución cerebral de mas de 500 millones de años, y en gran medida es inconsciente.
Los seres humanos ocupan ese rango que esta reservado para los vertebrados más altos en la escala evolutiva. Un rango jerárquico elevado y único que les exige intentar adaptarse al constante enfrentamiento entre las maximas libertades y posibilidades – y las máximas limitaciones y restricciones. Un rango cuyo altisimo precio consiste en bailar el constante baile de la adaptacion bajo una lluvia incesante de dificultades medioambientales y personales.
Bajo esa lluvia incesante de exigencias y desafíos, enfrentamientos y derrotas, avances y retrocesos, esperanza y desesperanza, ademas de adaptaciones, desadaptaciones, y readaptaciones – conocido como “la vida” - es justamente donde el hombre de hoy debe aprender a bailar lleno de fuerza, optimismo, y alegria. Si, bailar no tanto como una enloquecida bailarina a go-go dentro de una jaula colgante, sino como un simple ser humano ubicado y adaptado, maduro y tranquilo, y con una vida llena de sentido y dirección.
Debe bailar bajo la lluvia como lo hace en la foto mi sobrina Jazmin, con energía, alegría, y exhibiendo una conducta de respeto, tolerancia, auto aceptación, y sosiego, en la cual no exista necesidad alguna de ser otra persona de la que uno auténticamente es.
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