ABC de las Dietas Keto

Guillermo Laich
16/03/2025 15:17

 

En resumen: las dieta keto SI, pero con mucho juicio, prudencia, buen criterio, y un serio control profesional.

 

La obesidad se define como una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Sabemos que la obesidad conduce a muchas complicaciones metabólicas y clínicas. Sólo reconociendo la obesidad como una enfermedad crónica será posible implementar medidas para controlarla. 

A menudo la obesidad es considerada como una falta voluntad y un fallido estilo de vida. Sin embargo, múltiples genes juegan un papel central en su desarrollo. También sabemos que describir el complejo mundo de la obesidad y la vida de la persona obesa es una tarea sumamente difícil.
 
El cuerpo humano precisa hidratos de carbono para obtener energía. Por ejemplo, el cerebro necesita diariamente 100 gramos de glucosa y si no la obtiene de los alimentos, la formara a partir de las proteínas. Tal procedimiento no es beneficioso para el cuerpo.  El organismo puede obtener el resto de la energía que precisa quemando las grasas, pero en el proceso de combustión en presencia de oxígeno se producen los cuerpos cetónicos.
 
Durante los primeros días de una dieta cetogenica, el organismo utiliza el glucógeno almacenado en el hígado y en los músculos para obtener glucosa. Inmediatamente se producirá una pérdida de peso en base al glucógeno previamente almacenado y agua, pero el nivel de grasa del organismo permanecerá igual. 
 
A partir de los días tres, cuatro, y cinco de la dieta keto las reservas de glucógeno del hígado y los músculos se agotarán. Al cabo de unos días más, el individuo comenzará a quemar sus propias grasas, perderá peso, y también perderá importantes cantidades de su masa muscular. Todo ello causara un aumento del colesterol por la gran ingesta de grasas y aumentara el ácido úrico debido a la degradación de las proteínas.
 
Pues bien, hoy en día todo el mundo esta apurado y quiere ver resultados inmediatos.  La persona obesa no es ninguna excepción. Es por eso que la mayoría de la gente obesa desea perder peso lo más rápido posible y con el mínimo esfuerzo. Por esta razón, existen aproximadamente 20.000 dietas populares. Algunas de ellas requieren la producción hepática de gran cantidad de cuerpos cetónicos, proceso conocido como cetogénesis, y se conocen como dietas cetogénicas o dietas “keto.” 
 
La cetosis se define como una condición metabólica en la cual el nivel de cuerpos cetónicos supera los niveles normales. Sin embargo, la impulsiva inducción dietética de una mayor y descontrolada cetosis no es mejor. Adicionalmente, uno de los cuerpos cetónicos, más precisamente la acetona, actúa como anorexígeno reduciendo o bien quitando el apetito por completo. En consecuencia, el propio individuo tiende a restringir la ingesta de alimentos ya que tiene menos hambre.
 
Los cuerpos cetónicos son moléculas hidrosolubles que contienen grupos cetona producidos por el hígado a partir de ácidos grasos vía cetogénesis. A partir de ahí, los cuerpos cetónicos son transportados a tejidos extrahepáticos, donde se convierten en acetil-CoA, ingresan al ciclo de Krebs, y se oxidan con el fin de obtener energía. 
 
El acetil CoA es una unidad de acetilo de dos carbonos unida a la coenzima A. Se oxida para producir energía mediante el ciclo de Krebs o se utiliza como sustrato para sintetizar ácidos grasos o glucosa. Los cuerpos cetónicos son tres e incluyen: 1.- ácido acetoacético (acetoacetato); 2.- beta-hidroxibutirato; y 3.- acetona.
 
Los tres cuerpos cetónicos son producidos por el hígado en las siguientes condiciones: 1.- ingesta baja de alimentos o inanición; 2.- situaciones de hambre; 3.- dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas; 4.- ejercicio físico intenso y prolongado; 5.- alcoholismo clínico; y 6.- diabetes mellitus tipo 1 grave y/o no tratada (o maltratada). 
 
Cuando los carbohidratos no están disponibles para cubrir las demandas energéticas, el organismo descompone grandes cantidades de grasa corporal. La oxidación de los ácidos grasos produce tantas unidades de acetil CoA que la capacidad metabólica del ciclo de Krebs se ve superada. Al mismo tiempo, hay menos oxalacetato disponible para tal ciclo ya que se utiliza para sintetizar glucosa.
 
El ciclo de Krebs consiste de una serie de reacciones de oxidación que ocurren en la matriz mitocondrial y que convierten el acetil CoA en CO2 y producen NADH (nicotinamida adenina dinucleótido) y FADH (flavina adenina dinucleótido). Tanto NADH como FADH desempeñan un papel clave en múltiples procesos metabólicos.
 
Sin oxalacetato, el acetil CoA producido via beta-oxidación es incapaz de ser utilizado completamente por el ciclo de Krebs. Debido a esto, el acetil CoA ingresa en una vía cetogénica. En esta vía, los cuerpos cetónicos de cuatro carbonos, como el acetoacetato y el beta-hidroxibutirato, son producidos a partir de dos unidades de acetil CoA. Luego, el acetoacetato se convierte en acetona, otro cuerpo cetónico. La beta-oxidación elimina el acetil CoA para acortar un ácido graso y produce NADH y FADH2.
 
El cuerpo obtiene una pequeña cantidad de energía a partir de los cuerpos cetónicos, convirtiéndolos nuevamente en acetil CoA. Por ejemplo, cuando el cerebro se queda sin glucosa (su principal fuente de energía), utiliza cuerpos cetónicos como fuente de energía. Sin embargo, en la cetosis, el nivel de cuerpos cetónicos aumenta tanto que el cuerpo es incapaz de metabolizarlos completamente. Esto sucede en las patologías mencionadas anteriormente. De hecho, es posible detectar el olor afrutado de la acetona en el aliento de una persona con cetosis.
 
La acidosis es una afección en la que los fluidos corporales contienen demasiado ácido. Tal condición se asocia a la cetosis, principalmente porque la acidez de los cuerpos cetónicos reduce el pH de la sangre. Una fuerte caída del pH sanguíneo es capaz de interferir con la capacidad sanguínea para transportar oxígeno. Como resultado, la respiración se vuelve progresivamente más difícil. El pH expresa la acidez o alcalinidad de una solución en una escala logarítmica en la que 7 es neutro, donde los valores más bajos son ácidos y los más altos alcalinos.
 
En la cetogénesis fuerte, y a medida que aumenta la excreción urinaria de cuerpos cetónicos, se eliminan grandes cantidades de sodio. Si bien producir cantidades moderadas o bajas de cetonas puede resultar en pérdida de peso, niveles altos pueden ser peligrosos o incluso fatales. Así, y a medida que el sodio se agota, la diuresis tiende a aumentar con la manifestación de una fuerte sensación de sed. 
 
Esta condición puede conducir a la hiponatremia y la deshidratación. Los síntomas de hiponatremia incluyen calambres musculares, debilidad, náuseas, vómitos, letargo, y muy baja energía; los síntomas de deshidratación incluyen sed, boca seca, y dolor de cabeza. 
 
Las dietas cetogénicas serias y profesionalmente supervisadas reducen gradualmente la secreción pancreática de insulina a la vez que favorecen la secreción de glucagón. Esto se logra gradualmente reduciendo los carbohidratos y aumentando las grasas con el fin de inducir un gradiente cetogénico juicioso, sostenido, y bien controlado.
 
Finalmente, la mayoría de las personas que han realizado una dieta keto excesivamente estricta con cero carbohidratos saben muy bien que en los primeros diez días de dieta suele perder una cantidad sustancial de peso corporal. Pero entre los días siete y los diez de la dieta la pérdida de peso tiende a disminuir progresivamente. 
 
Cuando la dieta keto llega a los treinta días la pérdida de peso se torna virtualmente imperceptible. Pasado los treinta días las personas suelen cansarse por la falta de carbohidratos en la dieta y acaban abandonándola por completo.  
 
Es en ese momento cuando comienzan a ganar peso rápidamente debido a la retención de agua producida por las necesidades de sintetizar glucógeno nuevamente – todo ello con el fin de reponer los depósitos de glucógeno deplecionados por la dieta keto. El proceso global suele estar caracterizado por una fuerte bajada de peso seguida de una fuerte subida de peso, fenómeno que se denomina “yo-yo dieting.” Todo ello no es necesariamente saludable para el metabolismo y los tejidos del organismo.
 
En resumen: las dietas keto SI, pero con mucho juicio, prudencia, buen criterio, y un serio control profesional.
 

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