Philippe Pinel y la Psicosis

Guillermo Laich
13/11/2024 20:32

 

 
"Toda enfermedad posee un curso natural, que es necesario que el médico psiquiatra conozca."
 
Philippe Pinel (1745-1826) 

 

El término “cordura” hace referencia a la prudencia, la coherencia, la sensatez, el buen juicio, y estar en contacto con la realidad. Perder la cordura, por lo contrario, se refiere a la pérdida de control de las propias facultades mentales, ser incapaz de dirigir los propios actos, y ubicarse fuera de la realidad. Por lo tanto, una persona cuerda tiene sus facultades mentales sanas y normales.

El termino “psicosis” hace referencia a un estado mental descrito como una escisión o pérdida de contacto con la realidad. Las personas que padecen un trastorno psicótico que las aparta de la realidad, se las denomina psicóticas.

A continuación, les ofrezco las palabras del gran médico psiquiatra y zoólogo francés Philippe Pinel (1745-1826) quien dedico su vida al estudio y el tratamiento de las enfermedades mentales. 

Pinel formo parte central del grupo de médicos psiquiatras que establecieron las bases para que la clínica médica conste de una meticulosa observación y un análisis sistemático de los fenómenos clínicos de la enfermedad mental. 

Es a partir de tal rigurosidad sistemática en el plano del método que Pinel logra establecer la primera clasificación rudimentaria de enfermedades mentales, logrando sus avanzadas ideas médico-humanísticas una gran repercusión en los años posteriores. 

En su momento, Pinel impulso la humanización del trato que se daba por entonces a las personas que padecían trastornos mentales, eliminando, como primera medida, su reclusión en mazmorras y encadenamiento a las paredes. Consideraba posible la recuperación de un amplio grupo de los alienados (tal cual se denominaba a los individuos psicóticos o locos) a partir del tratamiento moral de Pinel.

A continuación, las sabias y profundas palabras de Philippe Pinel sobre la naturaleza interna y externa de la persona psicótica en su publicación: Tratado Sobre la Cordura del año 1806.

 

“Toda enfermedad posee un curso natural, que es necesario que el médico psiquiatra conozca. De todas las aflicciones a las que está sujeta la naturaleza humana, la pérdida de la razón es a la vez la más calamitosa e interesante. 

Privada de esta facultad por la que el hombre se distingue principalmente de las bestias que perecen, la forma humana es con frecuencia el atributo más notable que conserva de su orgullosa distinción. 

Su carácter, como individuo de la especie, está siempre pervertido; a veces aniquilado.  Una vez adorno y vida de la sociedad, ahora se ha convertido en un extraño a sus placeres o en un perturbador de su tranquilidad. 

Impaciente por la moderación y dispuesto a gastar la inusual efervescencia de su espíritu en vagabundeos y turbulencias, la coerción de la persona más suave y respetuosa añade furia a su delirio y tiñe de celos o sospechas todo esfuerzo de interés amistoso o profesional en su destino. 

Con el tiempo le arrebatan su libertad personal; y quizás quien se la haya arrebatado sea su pariente más cercano o bien su amigo más querido. 

Conservando su sensibilidad original, o volviéndola más aguda por la oposición a su voluntad y la privación de sus gratificaciones habituales, cooperando con una excitación morbosa de sus funciones nerviosas, se entrega a todas las extravagancias de la furia maníaca, o se hunde indeciblemente miserable en las profundidades más bajas del desaliento y la melancolía.  

La figura de la especie humana es ahora todo lo que le queda de él, y como las ruinas de un edificio que alguna vez fue magnífico, sólo sirve para recordarnos su antigua dignidad y grandeza - es decir, la experiencia de humillación - y lograr despertar nuestras reflexiones más sombrías, nuestro más tierno pesar, por la partida del hombre real y respetable.”

 

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