El deporte de elite se basa en competir y obtener resultados óptimos para intentar ganar. El fitness proporciona una experiencia saludable y generalmente no-competitiva.
A menudo nos vemos obligados a tomar distancia tanto del texto como del contexto en nuestras respectivas profesiones. Es así como logramos una nueva perspectiva sobre lo que estamos realizando. Una de tales perspectivas corresponde a las diferencias existentes entre el fitness y el deporte de elite.
El deporte de elite se basa en obtener buenos resultados y ganar. Es una práctica deportiva de alta calidad llevada a cabo en un nivel superior. En tal nivel donde los atletas y sus entrenadores dedican mucho tiempo, esfuerzo, y recursos para lograr su máximo potencial. Estos atletas se entrenan para desarrollar adaptaciones muy específicas y así aumentar su capacidad de rendimiento competitivo.
Sin embargo, muchas personas de la población general no entrenan exclusivamente para competir y ganar. Entrenan no sólo para aumentar su rendimiento físico general, sino también para obtener beneficios para su salud asociados a la actividad física. Este tipo de actividad física no competitiva se conoce como fitness y los beneficios para la salud asociados derivados son conocidos como beneficios de fitness.
Un beneficio de fitness es una adaptación fisiológica que resulta en un mayor y mejor rendimiento físico. Un beneficio de aptitud fisica es una adaptación fisiológica, como una disminución del umbral de lactato, una capacidad explosiva de salto vertical, una mayor flexibilidad y elasticidad, mejores parámetros antropométricos de composición corporal, o mejorías en la fuerza máxima.
Por otro lado, un beneficio de salud se refiere a una adaptación fisiológica que reduce el riesgo de desarrollar una enfermedad. Corresponde a una adaptación fisiológica, como una disminución de la presión arterial sistólica y diastólica en reposo, que minimiza el riesgo de desarrollar una enfermedad una enfermedad cardiovascular, por ejemplo.
Sin embargo, y curiosamente, algunas adaptaciones fisiológicas pueden generar beneficios tanto para la salud como para el estado físico de forma paralela. El aumento del consumo máximo de oxígeno se asocia no sólo con los beneficios para la aptitud física del aumento del rendimiento del metabolismo aeróbico en deportes de resistencia, sino también con beneficios para la salud a modo de un menor índice de mortalidad.
Sin duda, uno de los mayores beneficios para la salud derivados de la actividad física y el ejercicio, tanto para los deportistas de élite como para la población general, es la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Por enfermedad cardiovascular nos referimos a las enfermedades del corazón o los vasos sanguíneos. Por lo general, se asocian con una acumulación de depósitos de grasa en el interior de las arterias (aterosclerosis) y un mayor riesgo de formación de coágulos sanguíneos (trombos y émbolos).
La intensidad del entrenamiento es una medida de la calidad o bien la dificultad del ejercicio, mientras que el volumen del entrenamiento es una medida de la cantidad o cuánto trabajo físico se realiza. En términos generales, podemos afirmar que el entrenamiento físico necesario para conseguir beneficios de fitness es mayor, en intensidad y volumen, que el necesario para lograr beneficios de salud.
Como dijimos anteriormente, el deporte de elite se basa en obtener resultados óptimos de alta calidad e intentar ganar. Un entrenador de alto rendimiento debe ser capaz de establecer metas claras y desarrollar planes de entrenamiento estratégicos para alcanzar tales metas. En particular, es responsable del desarrollo del talento de los atletas para conseguir resultados exitosos a nivel nacional, internacional, y olímpicos.
El entrenador de elite debe saber que su trabajo consiste en la suma o combinación de todas las capacidades físicas determinadas para el rendimiento. Estamos hablando de un profesional altamente especializado con capacidad para programar el entrenamiento de los deportistas. Todo ello con el objetivo obtener el máximo rendimiento de sus capacidades físicas. Tal programación representa un proceso complejo, altamente detallado, y que se puede aplicar tanto a deportes individuales como de equipo.
En contraposición, el fitness está basado en proporcionar una experiencia saludable y generalmente no-competitiva para sus practicantes. Los entrenadores de fitness proporcionan instrucción sobre los ejercicios a realizar con el fin de mejorar el estado físico de las personas. Normalmente, tales entrenadores se especializan en una de las siguientes áreas: 1.- gimnasia de mantenimiento; 2.- cardio-aeróbic; 3.- aeróbic acuático; 4.- entrenamiento con pesas libres y maquinas; o 5.- circuitos de entrenamiento.
Para ser entrenador personal de fitness existen tres alternativas básicas: 1.- el grado universitario de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFYD); 2.- el grado de Técnico Superior en Acondicionamiento Físico (TSAF); y 3.- el grado o certificado de Profesionalidad de Acondicionamiento Físico y Entrenamiento en Sala Polivalente (AFDA0110).
Aunque una licenciatura o incluso una maestría en educación física o kinesiología sería ideal para avanzar en la carrera de un entrenador personal, la verdad es que no suele ser absolutamente necesario. Sin embargo, y generalmente, tal entrenador debe estar legalmente certificado para trabajar en un gimnasio y luego volver a recertificarse pasados los dos años.
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