Empirismo y Racionalismo

Guillermo Laich
13/07/2021 22:48

El hemisferio cerebral derecho trata con la complejidad mediante integraciones sensoriales de forma empirista. El hemisferio cerebral izquierdo trata con la complejidad mediante análisis abstractos y lógicos de forma racionalista. Ambos enfoques sirven para colocar nuestro texto de la realidad en su debido contexto.

 
Filosofia y Ciencia
 
¿Qué hace que una teoría o un problema sea de carácter filosófico y no científico?, y donde esta la diferencia? 
 
La respuesta es que la actividad filosófica se basa en la racionalidad, especulación, y contemplación, en términos de "sentarse y pensar lógicamente." Por otro lado, la ciencia se basa sobre un concepto empírico mas práctico donde uno debe "moverse, ir, y ver." Por lo tanto, la investigación científica empírica se asocia a la observación, experimentación, y comprobación.  
 
La filosofía implica la aplicación de lo que se conoce como análisis conceptual. La razón principal para utilizar el análisis conceptual es comprender el significado de una idea o concepto y es utilizado principalmente por los filósofos en relación con las ideas abstractas. Por lo tanto, la actividad filosófica se refiere a la contemplación racional, la especulación, y el análisis conceptual. Todo ello con el mayor y mas estricto apego a las leyes de la lógica. 
 
Dado que comienza con la identificación de las preguntas de investigación y la elección de una o varias muestras, el análisis conceptual es de gran importancia para todas las demás disciplinas académicas. También es una estrategia utilizada para examinar los conceptos en términos de su estructura semántica. Algunos usos del análisis conceptual consisten en refinar y clarificar los conceptos en la teoría, la práctica, y la investigación, así como eventualmente llegar a definiciones teóricas y operativas precisas para la investigación o para el desarrollo de determinados instrumentos.
 
Aunque las cuestiones filosóficas nos importan en gran medida a todos, estas no suelen resolverse mediante la observación directa, la recogida e interpretación de datos, y la experimentación. De hecho, si es que en determinado momento se logran resolver, será mediante el uso de la argumentación y la lógica. Esto se debe principalmente a que no existen observaciones imaginables que respondan a las preguntas eminentemente lógicas planteadas, ni experimentos científicos que confirmen o refuten las diversas hipótesis que contienen. 
 
En este sentido, la naturaleza de la gran mayoría de las hipótesis filosóficas legitimas es estrictamente especulativa. Además, no hay absolutamente ninguna forma empírica (observacional, basada en la recopilación de datos, y/o experimental) de determinar su veracidad, su falsedad, e incluso la probabilidad de su existencia.
 
Esa es precisamente la razón por la cual la racionalidad de la mente humana crea argumentos filosóficos basados en ideas abstractas para crear tales hipótesis, defenderlas, atacarlas, o descartarlas. La función de los argumentos filosóficos legítimos consiste en relacionar las distintas hipótesis con la realidad consensual de nuestra experiencia humana, pero nunca de tal forma que puedan aportar alguna resolución duradera o probabilidad científica.
 
Dos Corrientes Distintas
 
En los siglos XVII y XVIII la mayor parte de las conversaciones filosóficas se centraban en la prolongada controversia existente entre dos corrientes diametralmente opuestas del pensamiento humano: el empirismo y el racionalismo. 
 
El término "empirismo" deriva del griego "empeiria," que significa experiencia mediante los sentidos, o sea las cinco facultades por las que se percibe un estímulo externo: vista, olfato, oído, gusto, y tacto. Por otro lado, el término "racionalismo" deriva del término "racional," que significa operar dentro de las leyes de la lógica, o sea el estudio del razonamiento correcto, especialmente en lo que se refiere a la construcción de inferencias. De ahí que mediante falsas inferencias lleguemos a falsas conclusiones, y viceversa.
 
Los filósofos británicos John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-17539, y David Hume (1711-1776) son conocidos como los Empiristas de la Escuela Británica. Por otro lado, el filósofo francés René Descartes (1596-1650), el filósofo alemán Wilhelm Leibniz (1646-1716) y el filósofo holandés Baruch Spinoza (1632-1677) son conocidos como los Racionalistas Continentales. Previo a ellos, los filósofos Aristóteles (384-322 a.C.) y Platón (427-347 a.C.) defendieron el empirismo y el racionalismo, respectivamente.
 
Se supone que el filosofo Británico Francis Bacon (1561-1626) es el padre de la ciencia moderna porque favoreció la observación en lugar de la habitual especulación metafísica sobre la naturaleza y el universo. En la práctica, hay menos diferencia entre ambos enfoques: empirismo y racionalismo, de lo que podría suponerse a partir de la historia de la filosofía.
 
La observación conduce tarde o temprano a las ideas, y éstas cobran vida propia y dan lugar a nuevas observaciones que se utilizan para apoyar o confirmar la teoría. Una teoría es un sistema lógico-deductivo (o inductivo) constituido por un conjunto de hipótesis comprobadas, un campo de explicación y aplicación, y ciertas reglas que permitan extraer consecuencias de las hipótesis.
 
Ambos sistemas de pensamiento no están libres de fallos y/o peligros. El peligro del empirismo es que sólo las relaciones más obvias serán reveladas por la simple observación. El peligro del racionalismo puro estriba en que la idea original puede haber surgido de un concepto de las matemáticas o bien de la teología. A continuación, se observa el mundo de forma empírica para ver y confirmar si tal concepto encaja o no encaja. El peligro aquí estriba en que a menudo es posible encontrar material empírico que se ajuste a la teoría racionalmente predeterminada. 
 
En otros campos distintos al de la ciencia, el empirista se inclina por utilizar su propia experiencia, y también la de la historia, para hacer frente a una situación determinada. En contraposición, el racionalista se inclina por analizarla e intentar comprenderla antes de aplicar una solución. 
 
Tradicionalmente, los médicos se han visto obligados a actuar como autenticos empiristas debido a que la necesidad de instaurar tratamientos a los pacientes siempre ha ido por delante de su total comprensión de la enfermedad. Tal falta de comprensión no siempre les ha molestado a la comunidad medico-científica, y de hecho se han apresurado a generar adicionales y convenientes teorías para apoyar determinadas prácticas que resultaros estar francamente anticuadas, e incluso muy cuestionables y extrañas.
 
La psicología actual representa un feroz y constante campo de batalla entre los empiristas y los racionalistas. La economía actual también representa un campo de batalla semejante. Por otro lado, la astrología es un claro ejemplo de una creencia racionalista que se esfuerza por encontrar pruebas empíricas que la sostenga. La astrología es el estudio sin base científica de la posición y el movimiento de los astros, a través de cuya interpretación se pretende conocer el destino de las personas y pronosticar los sucesos terrestres.
 
Aunque los astrólogos la definan como ciencia, definitivamente no lo es. Y no o es porque la astrología se basa en opiniones, apariencias, y creencias, … y no en evidencias. Históricamente hablando, la astrología surgió como consecuencia del pensamiento mitológico de las primeras culturas, y su origen se encuentra en Mesopotamia, Babilonia, y Asiria, hace unos 4000 años. El mayor peligro en tales situaciones surge cuando el racionalismo se convierte en mero racionalismo, o sea un intento de proporcionar una estructura racional para apoyar muy pocas observaciones y un gran numero de prejuicios.
 
El Empirismo
 
Un empirista es aquel que observa cómo funcionan las cosas y está dispuesto a probarlas personalmente. Como científico, prefiere trabajar a partir de la observación que de un concepto o una teoría preconcebida. Debido a esta tendencia, el empirista suele oponerse al racionalista, que cree que la mente puede establecer relaciones que luego se encuentran en la naturaleza. El empirista mira la naturaleza primero y luego procede a pensar, mientras que el racionalista primero piensa primero y luego mira la naturaleza.
 
El empirismo en filosofía es la creencia de que todo el conocimiento se deriva en última instancia de la experiencia percibida por los cinco sentidos. Desconfía de los esquemas metafísicos basados en proposiciones a priori que se afirman como verdaderas independientemente de la experiencia. 
 
El termino “a priori” indica que algo que afecta a un determinado hecho o asunto se decide o se hace antes de conocido su resultado o el fin de su desarrollo, o sin tener en cuenta las circunstancias que afecten al hecho o asunto en cuestión. Por tal motivo, el empirismo se contrapone a menudo al racionalismo.
 
Continuando con nuestra definición, el empirismo también constituye una doctrina psicológica y epistemológica que, frente al racionalismo, afirma que cualquier tipo de conocimiento procede únicamente de la experiencia, ya sea experiencia externa (sensación) o experiencia interna (reflexión), y que esta es su única base. Se basa en que solo es posible conocer con absoluta certeza la realidad mediante un proceso de observación sistemática. 
 
Se basa en la experiencia y la cuidadosa observación directa de los hechos. En tal caso, la experiencia directa constituye el origen, la base, los limites, y las limitaciones del conocimiento. Enfatiza el papel de la experiencia sensorial en la adquisición de un conocimiento inductivo e intuitivo que se desarrolla preferencialmente en los confines del hemisferio analógico cerebral derecho. 
 
Por ejemplo, supongamos que estamos realizando una visita a un determinado museo y nos detenemos para contemplar una bella e interesante estatua de mármol. En ese momento uno puede pensar: "esta es una bellísima obra de arte." Pues bien, un defensor del empirismo diría que tu juicio se basa en un concepto de belleza adquirido exclusivamente por la experiencia. 
 
Es mas, puede argumentar que de niño nos inculcaron el concepto de lo que era y lo que no era estéticamente bello. Y que, además, nos reforzaron ciertos juicios y prejuicios que eran congruentes con nuestra cultura. En todo momento, no estábamos en posesión de un conocimiento innato sobre cómo valorar y/o clasificar los objetos en términos de su grado de belleza. 
 
En contraposición al empirismo está el "nativismo," que sostiene que algunas ideas, como la de la belleza, son innatas o de nacimiento. El nativismo es la doctrina de que muchos, quizá la mayoría, de los importantes patrones de comportamiento están determinados por factores innatos. Por ejemplo, es un comportamiento muy común que la gran mayoría de las personas (sino todas) protejan sus bienes inmuebles. De hecho, cierran las puertas con varias llaves, aseguran las ventanas, construyen vallas y muros, y colocan carteles de prohibido el paso con dibujos de armas, alarmas, o perros guardianes para disuadir a los ladrones o posibles ocupas. 
 
Desde un punto de vista nativista, podríamos afirmar que tales comportamientos expresión de un argumento innato conocido como territorialidad. Tal comportamiento se observa a menudo en las acciones cotidianas de perros, gatos, y otros animales. La ciencia de la socio biología sostiene que tanto los animales como los humanos protegen lo que consideran sus territorios, y que este comportamiento protector tiene sus raíces en predisposiciones genéticas. 
 
En esencia, estamos hablando de una predisposición biológica o una tendencia innata a comportarse de una manera específica con un mínimo o total ausencia de experiencia previo y/o refuerzo. Esta forma de explicar el comportamiento es esencialmente nativista. 
 
En sus respectivos momentos, tanto Aristóteles como John Locke sostenian que la mente al nacer se encuentra en un estado conocido como “en blanco” y totalmente desprovista de ideas. De hecho, Locke a menudo se refería a la mente humana en tales momentos como una “tabula rasa” o estado en blanco. El término "tabula rasa" se refiere a la teoría de que los individuos nacen sin contenido mental incorporado y, por tanto, todo el conocimiento procede de la experiencia o la percepción. 
 
Cabe mencionar que los defensores del concepto de tabula rasa están en desacuerdo con la doctrina del "innatismo," que sostiene que la mente nace ya en posesión de ciertos conocimientos. Por otro lado, los defensores de la teoría de la tabula rasa están a favor del lado de la crianza en el debate “naturaleza versus crianza,” cuando se trata de aspectos de la personalidad, el comportamiento social y emocional, el conocimiento, y la sapiencia.
 
Otra doctrina contraria al empirismo es el "misticismo." El misticismo sostiene que el conocimiento superior sobre el universo solo está disponible a través de los estados de meditación. En esencia, la meditación permite que el poder intuitivo de la mente establezca un contacto trascendental. Los seguidores estrictos y de mente dura del empirismo rechazan completamente el misticismo y, por tanto, también la meditación. Por “persona de mentalidad dura” entendemos alguien cuyo carácter o temperamento se considera eminentemente práctico, orientado a los hechos, y poco sentimental. 
 
Por "trascendental" entendemos extenderse más allá de los límites ordinarios, elevarse por encima o más allá de los límites, o triunfar sobre los aspectos negativos o restrictivos del propio ser psicológico o espiritual. Las filosofías o religiones trascendentales buscan ir más allá o trascender la experiencia humana ordinaria. Además, buscan descubrir en la propia mente experiencias y éxtasis que no se basan en la experiencia ordinaria sino en una comunión innata con lo sobrenatural. 
 
El propósito del entrenamiento en meditación consiste en liberar la mente de los límites, las restricciones, y las intrusiones del mundo para que poder contemplar cosas y experiencias más elevadas. El proceso tiende a ser de descubrimiento, de liberación, y de libertad. El ser humano posee una tendencia o impulso a descubrir experiencias ubicadas más allá de los confines de la vida ordinaria. 
 
Esto consiste en un deseo de liberar la mente de la vida cotidiana repetitiva, condicionada, y convencional, así como empujar su maquinaria neuronal perceptiva para que adquiera una configuración totalmente desacondicionada, y donde pueda experimentar una completa libertad intelectual, emocional, y espiritual en un estado de existencia superior.
 
El empirismo también ha desempeñado un papel importante en toda la historia de la investigación científica. La actitud empírica sostiene que es esencial hacer observaciones, reunir datos, y realizar experimentos para confirmar los principios. No basta con sentarse y reflexionar de forma brillante mientras se remueven y conectan conceptos abstractos dentro de los complejos y enrevesadas autopistas intelectuales de la mente humana.
 
Con respecto a la naturaleza de la experiencia manifestada por el empirismo podemos decir que existen dos tipos básicos: 1.- la experiencia externa, es decir, la relacionada con los sentidos o la sensación; y 2.- la experiencia interna, es decir la consciencia o la reflexión. 
 
Por otro lado, en la lógica, la experiencia es la operación externa que implica el método experimental, y la verificación que lo termina. Por lo tanto, el empirismo hace derivar el conocimiento de la realidad de la experiencia externa o sensación, así como de la interna a modo de consciencia o reflexión. Los datos empíricos representan informaciones recogidas mas por experiencia practica que por doctrina hipotética. En medicina, el termino se refiere a diagnósticos o tratamientos inspirados en la experiencia mas que en especulaciones y/o conjeturas teóricas.
 
El Racionalismo
 
El racionalismo es la doctrina psicológica y epistemológica que, frente al empirismo, afirma que cualquier tipo de conocimiento procede únicamente de un proceso inteligible al que la razón puede acceder y que, en definitiva, identifica la razón con el pensar. Corresponde a la absolutización de la razón y por lo tanto mantiene la supremacía de la razón sobre la experiencia. 
 
Se caracteriza por lo real, por los conceptos o sistemas mentales, y la explicación de la ciencia en términos lógicos y racionales. El racionalismo supone que todo conocimiento debe estar basado en la razón, o sea un punto de vista filosófico que cree que las opiniones y acciones deben basarse en la razón y no en las creencias religiosas o las emociones. Por lo tanto, se trata de un conocimiento deductivo y racional que ocurre específicamente en el hemisferio cerebral digital izquierdo.
 
En el siglo XVII el vocablo racionalismo no se empleaba mas que para designar aquella doctrina según la cual los problemas generales que interesan a la consciencia humana podrían ser resueltos por la razón, sin necesidad de una intervención y/o revelación sobrenatural. De hecho, y por definición, el racionalismo designa también la negación de toda acción y/o revelación sobrenatural.
 
Los racionalistas sostienen que la razón, operando de acuerdo a las leyes de la lógica, puede alcanzar un conocimiento de las verdades, y que no deben absolutamente nada a las experiencias obtenidas mediante los sentidos. El conocimiento obtenido de esta manera racional se denomina “conocimiento a priori,” ya que se alcanza mediante el proceso de deducir algo a partir de otra que yace de forma lógica y anterior, que se considera verdadera. Más técnicamente, deduce conclusiones validas a partir de premisas evidentes. 
 
Así, cuando deducimos que una figura es un triángulo y que sus tres ángulos interiores serán iguales a dos ángulos rectos, hemos llegado por el método del razonamiento a un conocimiento a priori. Las matemáticas y la lógica son las dos esferas principales en las que los métodos de los racionalistas son aplicables. Así, cuando hacemos sumas o divisiones matemáticas mentales racionales, o descubrimos que 20 por 100 es igual a 2000, nuestra conclusión parecería deberse muy poco, o nada, a la experiencia empírica basada en los sentidos.
 
Por otra parte, al negar que pueda existir otra forma de conocimiento que aquel que nos llega inicialmente a través de la experiencia de los sentidos, los empiristas, al menos parcialmente y en lo que se refiere a estas dos esferas, parecen haberse equivocado. Veamos por que.
 
Los racionalistas, al tratar el universo como lo hacen, como si fuera exclusivamente un problema de matemáticas, con la presunción implícita de que se puede averiguar lo que es cierto o no cierto sobre él sólo por medio del razonamiento, y sin tener que recurrir en ningún momento a la experiencia de los sentidos, parecería que han llevado las pretensiones de la razón quizás demasiado lejos. En efecto, hay hechos que, por lo que se ve, sólo pueden descubrirse mediante la observación directa del empirismo. Para descubrir tales hechos, hay que ir a buscarlos; en otras palabras, hay que seguir los dictados del método científico.
 
Ultimas Palabras
 
A modo de resumen, en los siglos XVII y XVIII los filósofos llegaron a un punto en el que se dividieron en dos bandos: 1.- los empiristas: que afirmaban que el hombre obtiene su conocimiento exclusivamente a partir de la experiencia sensorial, lo que se entendía por la percepción directa de los hechos inmediatos, y sin recurrir en absoluto a los conceptos y las teorías; y 2.- los racionalistas: que afirmaban que el hombre obtiene su conocimiento del mundo deduciéndolo exclusivamente de los conceptos y teorías que proceden de su propia mente racional, y que no se derivan de la percepción sensorial de los hechos físicos. 
 
Tanto el empirismo como el racionalismo son escuelas de pensamiento que buscan explicar como el ser humano adquiere el conocimiento, pero sus correspondientes filosofías son opuestas. El empirismo se basa en la experiencia sensorial concreta directa y el racionalismo en la razón abstracta indirecta. No obstante, y a modo de integración de ambas corrientes, solo una mezcla inteligente y delicada de intuición y evidencia puede conducirnos a la adquisición de una visión autentica y global sobre como la mente humana es capaz de captar, interpretar, y comprender la realidad. 
 
 
 
 

 

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