“El conocimiento suele ser de dos tipos: 1.- aprendemos y conocemos un tema por nosotros mismos a través de nuestro propio pensamiento; o 2.- aun no lo conocemos, pero sabemos donde recurrir para encontrar la información pertinente.”
Samuel Johnson (1709-1784)
El proceso educativo conocido como aprendizaje activo constituye un elemento central para desarrollar la capacidad de pensar de forma metódica y crítica dentro de la realidad consensual y claramente fuera de la fantasía.
Por otro lado, la imaginación es como el ojo del alma, y corresponde a un proceso creativo superior que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear una representación percibida por los sentidos. Tal representación significa que la información se ha formado dentro del organismo en ausencia de estímulos del ambiente.
Metafóricamente hablando podríamos decir que aquel que posee una gran imaginación en ausencia de pensamientos y conocimientos racionales críticos, está en posesión de un par de magnificas alas que le permite volar alto y lejos, pero una total ausencia de pies que lo mantengan firmemente posado sobre la realidad terrenal.
Por ello, aquel que es capaz de aprender activamente también es capaz de pensar en términos reales y críticos, y dejar por lado cualquier influencia ejercida por la fantasía o la imaginación fantasiosa. El concepto de pensamiento crítico está constituido por una amalgama de múltiples definiciones.
La palabra “critico” proviene del término griego “kriticos,” que significa cuestionar, dar sentido, ser capaz de analizar, y ser capaz de decidir. El mismo termino también proviene del griego “krisis,” que significa decisión o juicio forzoso e inminente ante una encrucijada donde mantener la neutralidad no constituye una opción.
Por lo tanto, una situación critica requiere una serie de pensamientos, decisiones, y acciones rápidas y efectivas que, para su correcta resolución suelen estar concatenadas de la siguiente manera: 1.- en contacto con la realidad (ausencia de alfombras mágicas); 2.- colmadas de iniciativa, decisión, y coraje (acciones rápidas); y 3.- carentes de dudas, miedos, duplicidades, e incertidumbres (acciones contundentes).
PRIMERO. Una situación crucial representa una condición ineludible, que exige una decisión rápida y determinante. No se trata simplemente de una situación persistente, sino de una situación en la cual no existe la posición de neutralidad. El adoptar una sólida actitud proactiva y el tomar una rápida decisión son elementos constitutivos inseparables de la situación inicial.
Pero el elemento ineludible que hace que una situación sea crucial, no es su carácter de brutal realidad; sino en que se hace inevitable adoptar una decisión – o sea, una decisión definitiva y determinante ante un trayecto que termina y se bifurca en sentidos contrapuestos. Estas situaciones se consideran criticas porque el comportamiento de la persona, entre uno y otro acontecimiento futuro, gira en torno a la decisión que efectué en cuanto a ellas.
SEGUNDO. El factor clave que hace que estas situaciones sean cruciales es que la decisión adoptada determinara que va a ser de uno en el presente y futuro. Es muy probable que este constituya el significado más literal de la palabra “crisis.” Una situación critica de orden medico constituye el punto en que se determina categóricamente si el paciente va o no va a sobrevivir.
En un negocio una crisis representa aquella ventana temporal en la que está en juego la solvencia y la supervivencia de la empresa. En un show musical consiste en lograr la aprobación del publico al final de la actuación.
En cierta forma se asemeja a la navegación a vela donde, y como dijo el filósofo existencialista Soren Kierkegaard: “hay que saber cuándo y cómo virar, o la embarcación se encalla.”
TERCERO. Lo que hace que una situación sea realmente crucial es que ella represente una dimensión de máxima significación existencial. Esto hace que tanto las “opciones posibles” como las “alternativas disponibles” no sean simplemente vivas o forzosas, sino también decisivas. El elemento decisivo que requiere una crisis quizás sea el único y autentico canal de acceso a la resolución de la crisis en cuestión.
Por pensar entendemos la actividad cognitiva que nos permite dar sentido a nuestras vidas y al mundo en que vivimos. En consecuencia, y por extensión, podemos definir el pensamiento critico como la capacidad cognitiva que nos permite evaluar pensamientos, sentimientos, y comportamientos de tal manera que seamos capaces de clarificarlos, definirlos, y mejorarlos – dentro de la realidad.
Los tres componentes fundamentales que integran el pensamiento critico son los siguientes: 1.- cognitivo (pensamiento racional y proceso de datos); 2.- afectivo (sentimiento y emoción irracional); y 3.- conductual (comportamiento y conducta heredada y/o socialmente aprendida). A continuación, estudiaremos en mayor detalle cada uno de los tres componentes implicados.
COMPONENTES COGNITIVOS (puntos 1 al 8)
Los componentes y procesos cognitivos del pensamiento critico se refieren a los siete fundamentos cognitivos que facilitan o inhiben la capacidad para pensar críticamente.
1.- Poseer Independencia Intelectual
El pensamiento critico es independiente por definición. Un pensador critico confía plenamente en su calidad y grado de formación, asi como en la eficacia de sus procesos cognitivos, y no acepta las creencias y fantasías de los demás de una manera pasiva. Esencialmente, este tipo de persona no se presta a ningún tipo de manipulación externa y no llega a conclusiones erróneas mediante falsas inferencias.
2.- Definir los Problemas con Precisión y Exactitud
Un pensador critico es capaz de identificar y definir cualquier tema en términos claros, concisos, y concretos. De esta manera previene contra cualquier tipo de confusión, distorsión, o mala interpretación de los hechos. Además, establece los fundamentos procesales para recopilar la información relevante. Es capaz de pensar bien y con lentitud de tal manera que le sea posible organizar y priorizar la información pertinente.
3.- Analizar los Datos Según su Valor y Contenido
Me refiero a la capacidad para aplicar un cuidadoso proceso evaluativo relativo a la naturaleza de la evidencia, así como sobre el origen y la credibilidad de las fuentes referenciales. Un pensador critico es capaz de reconocer cualquier tipo de juego o maniobra ilegitima para apelar a las emociones, derivaciones insustanciales, o procesos lógicos-racionales inoperantes.
4.- Utilizar Varios Procesos Cognitivos Para Resolver Problemas
Dentro de estos procesos se incluyen: 1.- la lógica inductiva, o bien el razonamiento que se mueve desde lo especifico hacia lo general; 2.- la lógica deductiva, o bien el razonamiento que se mueve desde lo general hacia lo especifico; 3.- el pensamiento dialógico, o sea aquel pensamiento que concierne un intercambio verbal que se extiende entre diferentes puntos de vista o marcos de referencia; y 4.- el pensamiento dialectico, o sea aquel pensamiento que pone a prueba o testea los puntos fuertes y débiles referente a puntos de vista opuestos.
5.- Capacidad de Síntesis
El pensador critico es capaz de reconocer que tanto la mayor comprensión como el más profundo entendimiento suele resultar de la correcta y conveniente combinación abstracta de varios elementos de acuerdo a ciertos patrones – y a veces a secuencias de patrones sobre múltiples otros patrones – todos ellos sobre una base racional que les otorga dirección, coherencia, y sentido. Para realizar tal proceso es necesario poseer una mente con capacidad para resumir, integrar, y sintetizar los múltiples componentes del pensamiento racional.
6.- Resistir la Tendencia a Generalizar en Exceso
El exceso de generalización o sobre-generalización es la tentación y el error mental mediante el cual se aplica el significado de un hecho aislado o de una experiencia única a situaciones colindantes que presentan una escasa y superficial similitud contextual.
7.- Utilizar Métodos Metacognitivos
El proceso de metacognición se refiere al pensamiento reflexivo o recursivo en el cual uno revisa y analiza los propios procesos mentales y los ajenos. En realidad, este proceso concierne la habilidad para pensar racionalmente y con claridad sobre la naturaleza de nuestros propios pensamientos y los de los demás.
Por otro lado, y a modo de ejemplo, el efecto Dunning-Kruger corresponde a un sesgo metacognitivo por el cual las personas con baja inteligencia o capacidad no se dan cuenta de que en realidad son ineptos, y por lo tanto sobrestiman sus habilidades de tal forma que constantemente expresan su ignorancia e incompetencia.
8.- Inteligencia Contextual
Concierne la capacidad para colocar nuestro texto correspondiente a una situación determinada en su debido contexto global para comprender las acciones e interacciones de la estructura y el sistema interactivo en cuestión.
COMPONENTES AFECTIVOS (puntos 9 al 14)
Los componentes y procesos afectivos del pensamiento critico se refiere a los seis fundamentos afectivos que facilitan o inhiben la capacidad para pensar críticamente.
9.- Independencia Emocional
Como hemos dicho anteriormente, el pensamiento crítico es racionalmente independiente por definición, pero tal definición no siempre aplica para el pensamiento emocionalmente independiente. Un pensador critico confía plenamente en su grado de formación y en la eficacia de sus procesos cognitivos y no acepta las injerencias de su mente emocional irracional de una manera pasiva.
10.- Valorar la Verdad por Encima del Interés Personal
Un pensador critico se considera a si mismo, y a aquellos con los que está de acuerdo, según los criterios intelectuales que también aplica a sus oponentes. Este constituye uno de los componentes más difíciles de aplicar de forma consistente y regular. Todos tenemos una tendencia a beneficiarnos de los intereses relacionados con nuestras propias necesidades, e ignorar y/o menospreciar toda información que entre en conflicto con nuestros deseos.
11.- Aceptación del Cambio
El pensador critico permanece abierto a cualquier necesidad de cambio, ajuste, o adaptación a lo largo de su ciclo de vida. Esto es debido a que estas personas creen plenamente en los procesos racionales de investigación. En consecuencia, están predispuestos a utilizar tales habilidades para examinar sus creencias y valores más básicos y profundos, y saber modificarlos cuando hechos, datos, evidencias, o experiencias los contradice.
12.- Capacidad de Empatía
La capacidad de empatía concierne la habilidad para ponerse en lugar del otro y comprender sus pensamientos, sentimientos, y comportamientos desde su interior. Debemos tomarnos un momento para aclarar que “empatía” (comprender al otro en ausencia de una relación de amistad afectiva) no significa “simpatía” (comprender al otro en presencia de una relación de amistad e intimidad afectiva). Por ello uno de los principales axiomas aplicable al ejercicio de la psiquiatría y la salud mental clínica consiste en: “empatía sí; simpatía no.”
13.- Favorecer la Posibilidad de Distintos Puntos de Vista
El pensador critico otorga una gran importancia a poder examinar y valorar distintos temas desde diversas perspectivas, ángulos, o puntos de vista. Sabe que es importante poder explorar y comprender posturas y posiciones con las cuales él o ella se encuentran posicionados en pleno desacuerdo.
14.- Capacidad Para Tolerar la Ambigüedad
Si bien el proceso de educación formal al cual somos sometidos durante años nos enseña a que deberíamos buscar una única respuesta correcta, el pensador critico reconoce que algunos temas son muy sutiles y de elevadísima complejidad, y que precisamente debido a tan elevado grado de complejidad quizás no exista una única respuesta plausible.
COMPONENTES CONDUCTUALES (puntos 15 al 22)
Los componentes conductuales del pensamiento critico se refieren a los ocho fundamentos que facilitan o inhiben la capacidad para pensar críticamente.
15.- Suspender el Juicio Hasta Tener los Datos Pertinentes
Un pensador critico no es un pensador impulsivo e irracional que arriba a sus conclusiones antes de considerar las premisas. Estas personas siempre chequean sus premisas cuidadosamente cuando sus conclusiones son dudosas o no son de su agrado. Además, y cuando son conscientes de haber cometido algun error inferencial, son capaces de colocar su ego a un lado, retroceder en sus acciones y opiniones, y humildemente revisar sus premisas.
16.- Utilizar una Terminología Precisa, Pertinente, y Exacta
El empleo de una terminología de alta precisión ayuda al pensador critico a identificar los temas con correctamente y con claridad de tal manera que estos puedan ser objetivamente definidos, así también como sometidos a un testeo de orden empírico.
17.- Recopilar Datos Pertinentes
Saber recopilar información actualizada, relevante, y pertinente procedente de todas las vertientes de un tema determinado define una prioridad cardenal previo a cualquier juicio o la toma de cualquier decisión.
18.- Distinguir Entre Hechos y Opiniones
Los hechos son enunciados que pueden ser sometidos a examen y científicamente comprobados como ciertos. Las opiniones son enunciados que expresan como una determinada persona se siente respecto a un tema o lo que alguien piensa que es verdad – sin una comprobación científica reproducible que los avale. Es importante saber diferenciar y discernir entre lo que representa un hecho comprobable basado en la realidad, y una opinión popular o folclórica basada en costumbres familiares o sociales.
19.- Promover un Dialogo Critico
El pensador critico sabe formular preguntas incisivas y pertinentes que confrontan hechos y opiniones ya existentes, y que dan la bienvenida a cualquier pregunta adicional que surja de tal intercambio. El sistema socrático de cuestionamiento representa un estilo muy importante de dialogo critico en el cual el cuestionador ahonda en profundidad sobre el significado, la justificación, o la solidez de la base racional de un determinado supuesto, posición, o línea de razonamiento.
20.- Escuchar de Manera Atenta y Activa
Un pensador critico sabe escuchar activamente a su interlocutor, incluso con una “tercera oreja.” De esta manera no solo escucha lo que su interlocutor cuenta, lo que no cuenta, lo que no quiere contar, y lo que no puede contar, sino que además sabe interpretar el lenguaje corporal inconsciente e intuitivo de su interlocutor.
21.- Modificar el Juicio Ante Datos y/o Hechos Nuevos
El pensador crítico, en su máxima expresión de madurez intelectual y emocional, siempre está dispuesto a modificar y, si es necesario, abandonar su juicio siempre y cuando surjan nuevas evidencias o experiencias contradictorias. Esa es la esencia que caracteriza el pensar y actuar de un auténtico científico.
22.- Aplicar su Conocimiento a Nuevas Situaciones
Cuando un pensador critico domina una nueva habilidad o experiencia una nueva introspección, inmediatamente transfiere esa nueva información al nuevo contexto. Los que no llegan al nivel de ser pensadores críticos, si bien a menudo proporcionan respuestas correctas, tienden a la repetición de fallos inferenciales. Todo ello debido a un fallo básico en su comprensión y entendimiento del tema, así como de extrapolar, transferir, y aplicar sus conocimientos a situaciones nuevas y constantemente cambiantes.
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