Un método sencillo, breve, y divertido para determinar nuestros autenticos sentimientos hacia las demas personas.
Debo confesar que me encanta disfrutar de una tasa de te calentito en compañía de uno o varios buenos amigos. La conversación siempre es rica en contenido, altamente educativa, y sincera. Da gusto tener amigos de muchos años a quienes uno conoce muy bien y en profundidad para compartir tales momentos.
Pero también me encanta disfrutar de la compañía de mis dos adorables gatitas Kia e Iris. Ellas y yo nos conocemos muy bien, y siempre me saludan (a su manera y con un cariñoso "miau") cuando llego a casa. De hecho, Kia e Iris estan sentadas y ronroneando a cada lado del teclado del ordenador mientras escribo estas lineas.
De hecho, los tres nos comunicamos en un idioma muy especial, donde el abecedario, las palabras, la sintaxis, los conceptos, y las abstracciones lingüísticas no cumplen ningún papel. No obstante, nuestra cariñosa comunicación e interacción suele ser directa, de la mayor fluidez, y de un cariño y pureza inimaginable.
Pues bien, “una taza de té y dos gatitas” es una prueba muy simple, breve, y divertida que permite rápidamente determinar la naturaleza de nuestros auténticos sentimientos, tanto conscientes como inconscientes, hacia las demás personas. Tómese unos minutos para realizar la prueba y vera que el nivel de precisión es sorprendentemente elevado.
Para comenzar, simplemente debe formularse a si mismo y no a otra persona, dos preguntas elementales, asegurándose de tomar nota detallada de cada una de las respuestas obtenidas. Todo ello suponiendo que uno cuenta con un respetable nivel de coherencia cognitiva y salud mental. Por lo contrario las respuestas sufriran grandes distorsiones y carencias.
Las dos preguntas son las siguientes:
1.- Con respecto a la calidad de la relación: ¿Me sentaría cómodamente en una terraza durante una, dos, o más horas - o el tiempo que sea necesario – disfrutando de una tasa de te y una sincera y profunda conversación con esta persona?
2.- Con respecto al nivel de confianza merecida: ¿Merece tal persona el suficiente nivel de confianza como para ppedirle que se haga cargo de cuidar mis dos amorosas gatitas durante dos semanas mientras mi mujer y yo nos vamos de vacaciones?
Ahora bien, y como se darán cuenta, las preguntas son escuetas, directas, y formuladas a la más profunda y real esencia de uno mismo. No obstante, analizemos de manera crítica y objetiva las cuatro posibles respuestas que emanan desde nuestro interior. Todo ello para llegar a conclusiones validas sobre la persona en cuestión.
Las cuatro posibilidades de respuesta son las siguientes:
1.- Respuesta: NO y NO.
Comenzamos muy, pero muy mal. Las personas que responden de esta manera francamente presentan un par de graves problemas. El primero consiste en que usted no tiene casi nada en común para compartir en profundidad con esta persona. El segundo consiste en que la persona directamente no merece su confianza por no querer ni saber cuidar bien de sus adorables gatitas.
Conclusión: por su bien y el de las gatitas, procure evitar todo tipo de contacto y/o relación con este tipo de personas ya que la relación acabara careciendo de todo interés y/o sustancia, solo le traerá problemas y, lo peor, le fallara y traicionara a la más mínima.
2.- Respuesta: SI y NO.
Continuamos mal. Este tipo de personas tienden a ser muy habladores, volubles (que cambia fácil o frecuentemente de manera de ser), emocionalmente inestables, escurridizas, no van de frente, y relativamente impredecibles.
Conclusión: este tipo de persona no merece la suficiente confianza como para hacerse carga de nuestras preciosas gatitas. Es más, en caso de ser absolutamente necesario, se debe confiar en ellas con suma cautela ... si es que realmente lo merecen.
3.- Respuesta: NO y SI.
Hmmm ... nuevamente mal. Estas personas tienden a ser chatas y superficiales, y no resultara ni productivo ni divertido compartir tiempo de calidad con ellas. Un término más preciso para definirlas seria “personas insulsas” que tienen muy poco o nada nuevo que decir. Sin embargo, poseen una importante virtud ya que logran que el mundo sea un sitio más agradable donde vivir gracias a su amor y respeto hacia los animales.
Conclusión: estas personas simplemente no dan la talla como verdaderos amigos y dudosamente merecerían el nivel de confianza necesario para confiarles el cuidado de las gatitas durante dos largas semanas.
4.- Respuesta: SI y SI.
Vamos bien. Estas personas tienden a ser respetuosas, encantadoras, y maravillosas. De hecho, tienden a aportar positivamente a la vida personal y profesional propia y de los demás. Son el tipo de personas que todos deseamos tener como amigos leales en nuestras vidas. Hay que seleccionarlos cuidadosamente ya que tienden a ser muy escasos y difíciles de encontrar. Su predisposición y nivel de colaboración e interacción siempre es completa y mutua.
Conclusión: estas personas exudan seriedad, confianza, amistad, cariño, empatía, sinceridad, y honradez. Estas son las personas que colmaran con dirección y significado nuestras vidas y también la de las gatitas que tanto queremos. Es más, son precisamente el tipo de personas que logran hacernos sentir bien, que nos saben escuchar, que cuidan de nuestras espaldas, que nos valga la pena vivir y continuar viviendo, y que sintamos un profundo deseo de dejar la vida y el mundo en mejores condiciones de como lo encontramos.
NOTA: este interesante concepto fue publicado hace ya algunos años en una conocida revista de EE.UU - con el permiso del autor, considero que merece la pena publicarlo en español - si bien su contenido carece de base cientifica, si nos puede generar algunos pensamientos interesantes que nos pueden mejorar como personas de bien.
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