Independencia Intelectual

A través de la historia siempre hubo un reducido numero de pensadores independientes que han tratado con las teorías y los conceptos de la filosofía, la ciencia, la religión, la política, la historia, y las artes. Uno de ellos fue el autor de la frase que encabeza este articulo.

Baruch Spinoza fue un filósofo holandés de origen sefardí hispano-portugués criado en Ámsterdam. Heredero crítico del cartesianismo y pensador independiente, es considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto al francés René Descartes (1596-1650), y el alemán Gottfried Leibniz (1646-1716). 

El racionalismo es una corriente filosófica que acentúa el papel de la razón en la adquisición y aplicación del conocimiento. Contrasta con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción. El racionalismo se origino y desarrolló en Europa continental durante los siglos XVII y XVIII. Encontraran mas sobre este tema en el articulo titulado “Empirismo y Racionalismo” publicado en fecha 13/07/2021 en la sección Educación y Formación de esta pagina web.

La libre mente de Spinoza desarrolló ideas controvertidas con respecto a la naturaleza de una divinidad única, hechos por los cuales fue duramente castigado. En efecto, fue excomulgado por una comunidad religiosa de Ámsterdam bajo acusaciones de albergar pensamientos y practicas de orden heréticos. Eventualmente se radico en la ciudad holandesa de La Haya, donde se dedicó a trabajar como pulidor de lentes, su original oficio.

Herejía y Hereje 

Una herejía es una afirmación, posición, o doctrina contraria a las verdades, principios, y reglas establecidos y aceptados comúnmente en cualquier cuestión, ciencia, arte, etc. Esta definición de herejía incluye toda oposición a las opiniones profesadas como dogmas por un determinado grupo. De ahí que un hereje sea definido como “el que elige” o sea el que es partidario de una posición distinta a la aceptada y/o impuesta.

El termino “herejía” proviene del griego “hairesis” que significa acción de elegir (hairein) o preferir. Lo propio del hereje, es decir, el que tiene una opinión particular y racionalmente fundamentada sobre un hecho, consiste en confiar plenamente en su mente racional y elegir aferrarse firmemente a sus pensamientos. De ahí, y por extensión, quizás la principal herejía de los tiempos actuales consista en la dogmática transformación de los hechos en valores y de absolutizar las realidades relativas de la vida económica, política, y social. 

Conceptos Equivocados y Palabras Infinitas

Pues bien, a lo largo de la historia de la humanidad, y muy especialmente en la actualidad, es muy común ver y escuchar como muchas personas añaden a sus respectivas narrativas una serie de argumentos a cuál mas incoherente, dogmático, y absurdo. No obstante, la gran mayoría son expertos autoproclamados en sus respectivas materias. Hablan ex catedra, y sus argumentos y afirmaciones son expuestos mediante una verborrea característicamente, así como con una profusión de datos de procedencia cuestionable que solo pueden ser considerados como la trama de una enorme farsa. 

La credibilidad de estos personajes es, por lo general, muy baja o quizás inexistente. Y lo es porque su único oficio consiste en discutir su ignorancia ante los demás y, en consecuencia, creando una gran incertidumbre y desconfianza. Metafóricamente hablando, y por lo general, la lata mas vacía suele ser la que mas ruido hace.

Conceptos Validos y Pocas Palabras 

En contraposición a tales individuos, y representando una marcada minoría, se encuentran contados pensadores independientes que, a su vez, manifiestan una elevada inteligencia, así como un envidiable grado de integridad y credibilidad. Es así como, por enésima vez en los miles de años de historia del ser humano, vuelve a aparecer la mordacidad de aquellos pocos seres humanos, poseedores de una lucida inteligencia, que una y otra vez se ven obligados a enfrentarse a una manada de asnos.

Si de verdad estamos comprometidos a sostener la verdad en este mundo que hemos creado, debemos reconocer que muchas de las afirmaciones y opiniones emitidas por gente inculta y mal formada son polémicas por definición y, por lo tanto, carecen de credibilidad. No hay mas que leer las obras de la filosofa y escritora Ayn Rand (1905-1982) para comprender el significado de este concepto en su máxima claridad, extensión, y profundidad.

Gradiente Social de Confianza y Credibilidad

A continuación, enumeramos 17 profesiones u ocupaciones que, en orden decreciente, o sea de mayor credibilidad y mayor confianza, a menor credibilidad y menor confianza. Estos datos, que están basados en investigaciones social a lo largo de los últimos cuarenta años, representan el tan importante y fundamental grado o nivel de credibilidad y confianza que merecen las personas que las ejercen. He excluido muchas otras profesiones por no sobrecargar el articulo. No obstante, considero que el concepto general queda claro.

La lista lee de la siguiente manera: 1.- médicos generales y especialistas; 2.- maestros de instituto de enseñanza secundaria; 3.- profesores universitarios de grado y postgrado; 4.- jueces en general; 5.- sacerdotes en general; 6.- científicos e investigadores en general; 7.- presentadores de noticias en radio y televisión; 8.- cuerpos policiales en general; 9.- ciudadanos normales y corrientes; 10.- encuestadores de tendencias y opiniones; 11.- personal civil de manutención y limpieza de hogares; 12.- funcionarios sindicales en general; 13.- CEO´s y otros lideres y altos rangos empresariales; 14.- ministros de gobiernos nacionales; 15.- políticos en general; 16.- periodistas en general; y 17.- banqueros y funcionarios de bancos; y la lista continua …

La Pirámide Invertida

Esta secuencia de datos define una especie de silueta triangular en semejanza a una pirámide de carácter social donde se aprecia una reducida y fina parte superior (donde se ubican la credibilidad y la confianza), y una amplia y ancha base inferior (donde se ubican la incredulidad y la desconfianza). 

Lo trágico y, a la vez cómico de todo esto, es que en la población mundial actual dicha pirámide se encuentra en una posición totalmente invertida. Tal inversión significa que en los estratos inferiores – precisamente donde reinan las mayores ignorancias, demagogias, engaños, estafas, distorsiones, tergiversiones, atropellos, y faltas de confianza – son los que se encuentra en la amplia zona superior y, por lo tanto, son los que sientan catedra. 

De ahí el curioso, pero muy acertado, título de este articulo: “Cuando la Desconfianza y la Ignorancia Sientan Catedra.” Y también de ahí derivamos la sabia frase del filósofo holandés Baruch Spinoza (1632-1677): “He procurado no reírme de las acciones humanas, no llorar por ellas, no odiarlas, sino comprenderlas.” 

Para comprender este concepto con mayor claridad, podríamos decir que, según la pirámide invertida, un médico integro y altamente especializado que mira por la salud de los demás se ubicaría en la parte inferior de la escala, y un político mentiroso y corrupto que mira por su propio interés se ubicaria en lo mas alto.

¿Quien Ocupa la Catedra?

Pues bien, volvamos un párrafo atrás y comencemos aclarando que por catedrático se entiende un profesor universitario que ostenta la categoría más alta en enseñanza universitaria y, que además, está a cargo de una catedra. Una catedra a su vez corresponde a un conjunto de profesores y actividades dependientes de la autoridad de un catedrático. 

La función de un catedrático consiste en enseñar y educar las generaciones futuras para cumplir funciones relacionadas con la evolución del bien en el mundo. Finalmente, el termino “sentar catedra” es un termino peyorativo y significa opinar con autoridad o de forma concluyente y dogmática sobre alguna materia o asunto. Algo que no sentaría bien con la función de un culto, humilde, y autentico catedrático.

La Pandemia del Dogma

Pero justo aquí hace su apariencia un término clave que determina la posición de un determinado grupo profesional en la pirámide que hemos definido: “el dogma.” Un dogma consiste en una proposición que se asienta por firme y cierta, como principio innegable; siendo una doctrina o bien un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema.

Dogmático significa ser obstinado, arrogantemente asertivo, expresando una opinión con un tono tan definitivo que no deja lugar a matizaciones o desacuerdos. La mayoría de las personas reaccionan negativamente ante el dogmatismo, ya que se dan cuenta de que el orador dogmático tiene una mente cerrada, es inseguro y defensivo al máximo y, a menudo, duda de forma inconsciente sobre la valía de su proceder, información, y opiniones. 

Todo esto llega a tal punto que la persona dogmática es incapaz de dejar la puerta abierta a un mayor debate, a otro ángulo de conceptualización, o bien a otra forma de ver las cosas. Por lo general, las personas dogmáticas tienden a ser inseguras y frágiles, y tienden a padecer graves complejos de inferioridad psicológica.

Sentar Catedra y Hablar Ex Catedra

Por extensión la expresión hablar o expresarse ex cátedra se utiliza para referirse al acto de expresar algo con autoridad y de forma dogmática. Por lo tanto, hablar ex cátedra significa expresar la narrativa personal en tono magistral, con solemnidad, y con grandilocuencia y convenientes circunloquios, y raras veces escuchando otras opiniones o dando lugar a una posible y legitima replica. En múltiples ocasiones tal narrativa se utiliza para ponderar la autoridad y veracidad (real o falsa) con la que alguien está afirmando algo. 

Exponiendo la Mentira Velada

Como se puede apreciar, los conceptos de credibilidad, confianza, y respeto mutuo entre los seres humanos libres representan un terreno pantanoso, sumamente incierto, plagado de distorsiones y mentiras, y altamente peligroso. Todo esto se da como se da porque la pirámide de la confianza y la credibilidad se encuentra totalmente invertida y, así, los menos confiables son los que sientan catedra y hablan ex catedra. 

La mayoría de las personas no están formadas ni preparadas para detectar el 50% de las mentiras y fantasías carentes de fundamentos que emiten los demás. No obstante, existen ciertas formas de detección para tales mentiras y distorsiones. 

El mecanismo en si no tiene nada de misterioso y funciona mas o menos en el 80% de los casos. Esencialmente consta de los siguientes catorce elementos, todos ellos en gran parte relacionados con la expresión inconsciente del lenguaje corporal cuando se está mintiendo: 1.- un rápido y constante movimiento ocular; 2.- el encogimiento de los hombros por contracción de los músculos trapecios; 3.- tocarse la nariz repetidas veces; 4.- un excesivo o deficiente contacto ocular; 5.- una inquietud corporal generalizada; 6.- la boca y los labios están poco abiertos y levemente fruncidos; 7.- emite respuestas a preguntas que aun no han sido formuladas; 8.- coloca excesivo énfasis en los detalles de su narrativa; 9.- las pupilas están dilatadas por hiperactividad del sistema nervioso simpático; 10.- hay cambios y fluctuaciones en el tono de la voz; 11.- da largas y esconde información incriminatoria; 12.- las personas con coeficientes intelectuales medios tienden a mentir (son suficientemente inteligentes como para ser peligrosos); 13.- las personas con los mayores coeficientes intelectuales tienden a no mentir; y 14.- los mejores mentirosos mienten de una manera relajada, amigable, y tranquila.  

Lamentablemente, en la pirámide invertida actual la ignorancia y la desconfianza se encuentran en lo más alto, y siempre sientan catedra. En resumen, podríamos afirmar que: “evidentemente, evidente miente …”